Cada verano espero con expectación la exposición que la Fondation Maeght organiza en Saint Paul de Vence. Casi como parte de un ritual, tanteo en la prensa todo lo que pueda hablar sobre el gran evento de «mi verano». Supe desde el año pasado que la Fondation había dado carta blanca al «filósofo estrella» Bernard-Henri Lévy.
Sabía que no me iba a gustar por lo pretencioso del tema, por el desarrollo y por el final,tan evidente como desacertado pues el camino no nos conduce a ningún lado se embarra y hace gala de obras que ni cogidas con pinzas dan el valor que él pretende… Como decir; la exposición es como Bernard-Henri Lévy y sus camisas blancas abiertas enseñando carnaciones demasiado expuestas al sol … Pero como la institución merece la visita y hay obra, que pese a estar desacertadamente situada, es de una innegable calidad mi decisión era firme.
Disfruté del soberbio edificio de Josep Llluis Sert, de sus fantásticos jardines y de las obras de la colección Maeght, esculturas , de Miró , Calder, Giacometti y claro algunas de las obras de la exposición del señor Lévy. Nunca hubiera creído que con la obra de los insignes artistas que se ha traído , el impresionante lugar y la siempre obligada visita a «La Colombe d’Or» la decepción fuera a ser el sentimiento predominante Será que vale mas la Fondation y su increible encanto que una camisa abierta…
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